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Mostrando las entradas de julio, 2012
Cuando apago la luz, siento tu cuerpo junto al mío. Cuando cierro los ojos, siento mis labios sobre tu frente. Y cuando tú me dejes entrar, podrás sentir todo eso también.
Hoy te desprecio por aquello que hace tanto me quitaste. Mañana lo haré, por todo lo que me diste.

El sol está por sobre ti

Pronto llegará el día en que te pida estar en la cubierta, o tomar el timón, o quien sabe qué te pediré. Pero si ese día te niegas a darme el mando, a colgar los guantes, o a soltar el tenedor, deberé hacerlo yo y tomar la maleta que escondo tras aquella puerta que no te dejo abrir. Y no quiero que me preguntes qué sucedió, o en qué fallamos, no quiero que cites a Silvio, ni que jures por Violeta, no quiero que me llores por tu pasado ni por las botellas que no abrimos, no menciones las copas rotas ni tus sueños y mis manos. No quiero que intentes recoger el grano ya sembrado, la cosecha ya pasó y no se trilla a destiempo. Te prevengo desde ya, que si un día encarecidamente te solicito aquello que vengo anunciando desde ya hace unas lunas, para entonces no habrá mirada que me derrita, cadena que me ate ni muro que me detenga.