Entradas

Mostrando las entradas con la etiqueta Santiago

El fin del capítulo

Imagen
Es el fin. La última página de este largo capítulo. Se deshoja en tre mis manos. Me envuelve su perfume, huele a tinta, a incienso, a canela. Lo dejo sobre la mesa y recorro con mis dedos mustios sus bordes, sus límites. Observo con detención hasta donde he llegado. Me sorprende, el camino es más largo y más estrecho de lo que creí. ¿Por qué no caí al abismo, si sólo bastaba un paso en falso? Me pregunto tantas cosas. Tantas huellas. Tantos rostros. Tantas manos. Nunca estuve sola, recién caigo en razón. Rostros amables, sonrisas vacuas, miradas soñadoras. Tantas personas cuya voz jamás podré olvidar. Me observo en el espejo. Cómo he cambiado. Mi sonr isa, mi mirada, mi vientre. Me observo en el espejo, disto mucho de aquella que arribó hace un año a esta luminosa ciudad. Mis sueños, mis metas, mis emociones, mis sencaciones, tanto he cambiado, mas no la facilidad de mi risa ni la luz de mis ojos. Soy otra, pero sigo siendo la misma. Soy otra, y seguiré cambiando, seguiré creciendo. S...

Nostalgia

Imagen
A todos aquellos que dejaron su tierra natal y se han enamorado del esquivo Santiago. Te escribo desde un rincón de esta tierra varada en el tiempo, dónde soy más extranjera que envuelta en tu abrazo. Te extraño. Extraño tu murmullo por las mañanas, y tus suspiros nocturnos. Extraño tu respiración agitada y tu oscuro aliento. Extraño tus ojos de cristal tras los cuales se esconden millones de rostros, millones de historias; extraño tus noches en vela, y tu sonrisa luminosa. Extraño recorrer tus rincones cada día y cada noche, tu piel áspera y tórrida; tu corazón que llena de vida tus arterias congestionadas, que llena de vida mis días, que me envuelve en miles de sonidos y miles de sensaciones. Extraño todo de ti. Incluso tu ceño fruncido, tus pies cansados al atardecer, el sudor que me invade cuando te recorro por completo, tus bruscos movimientos, tu paranoia intermitente, tus malos hábitos, tus malos pasos, tus oscuros secretos. Extraño perderme en ti, y gozar de los p...

Santiago

Imagen
Amo el Santiago que se apaga; que se adormece en el hombro de otro, sin importarle no conocer su nombre. Amo el Santiago cansado, aquel que se esfuerza por devorar las últimas páginas del libro antes de llegar a destino. Ese Santiago de paso lento, que sólo le importa llegar, dejando a un lado los tacos, la hora punta, la gente ávida de tiempo que avanza inmutable como una masa compacta. Amo aquel Santiago condescendiente, que se sorprende y conmueve al ver alguna trágica noticia en televisión, para luego ir a dormir dominado por el agotamiento. Amo aquel Santiago que duerme con los ojos abiertos y siempre soñando; y a sus amantes, que a medianoche se juran amor eterno y unen sus cuerpos en la penumbra. Amo el Santiago que bosteza y se estira por las mañanas. Pero ese ya es otro Santiago.