Anillos de mi corazón
Cuando uno ya no recuerda ni su propio origen, contar los años que marcan la piel es una… tarea inútil. El tiempo pasa indiferente ante quien desea detenerlo, y aquellos que en la vida comenten el error de asumir el rol de peón, ni siquiera imaginan que otros gozamos de la libertad de una reina, jugando una eterna partida de ajedrez como si el mundo fuera un veteado tablero y, sin embargo, jamás nos aventuramos al jaque mate. Lo único que sé de mis primeros días es que fui enraizado sobre la tumba de un joven que murió, según entendí, de amor por una ingrata doncella. Eso de ingrata, la verdad me causa cuidado; no creo que un corazón inocente y virtuoso sea capaz de herir a quien le entrega su vida, su alma y su corazón… Menos si dice amarlo… pero eso es lo que cuenta la tradición… Mientras su cuerpo existió me atosigué de su sangre, y desconozco si esa fue la razón, pero siento que en mi frío corazón algo hay de esencia humana. Ese algo me hace razonar y sentir… s