Y la mentira le gana a la realidad, y la noche adormila al jilguero.
Una vez más el jugador le ganó al soñador, y esté que apostando su corazón confió en el brillo de la estrella, perdió el rumbo y el destino.

Otras piedras bordearán el camino, y otras aguas limpiarán tus heridas. Pero recuerda siempre que mi mano ahí estará para recordarte como regresar... Aunque no sea un buen tiempo para los soñadores como tú y yo.

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