Yo no me callo, sólo descanso mi voz. Yo no desconfío, sólo cuido lo que amo. Yo no temo, sólo dudo del que promete. Yo no busco, sólo encuentro. Yo no escucho, sólo dejo que la brisa traiga sus melodías a mí. Yo no respiro, sólo dejo que la vida me sorprenda. Yo no lloro, sólo convierto mis ojos en océanos de sal. Yo no sueño, sólo espero que las estrellas cambien de arte. Yo no sonrío, sólo dejo que las emociones jueguen con expresión. Yo no camino, ni siquiera me muevo, sólo dejo que mi sangre recorra mis venas y mi corazón palpite sin cesar. Yo no me pierdo, sólo busco otros rumbos, Y si no regreso, es sólo porque ya no voy por el mismo camino.
Yo no vivo, sólo existo...