Aborto

Me paro sobre esas seis letras que duelen como llagas.
Que sangran y rugen bajo mis pies. Creo que las dejo atrás, pero ellas siguen ahí.
Inmutables.
Sedientas.
Yo finjo no verlas, y sonrío con holgura; como si la sonrisa borrara el dolor; como si los años hicieran justicia.
Las letras siguen ahí, aunque pierden sentido, no pierden nunca su color; y camino a paso firme intentando olvidarles; mientras lo único que olvido es que el dolor nunca se irá.


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