La envidiaría si supiera que al verla te estremeces como lo haces cuando me ves a mí. La envidiaría si supiera que al despedirla no quieres dejarla ir, como a mí. La envidiaría por tenerte, pero ambos sabemos que sin yo tenerte, más a mí me perteneces.

Entradas más populares de este blog

Yo no vivo, sólo existo

Espera Matutina