Dios bien sabía que él no quería ser un ángel.


Menos luego de manchar su manos con la sangre de uno. Es que sus vidas son tan difíciles, viviendo entre nubes, nada sabían del mundo. Y cuando él conoció aquel ángel, una mañana tardía, sólo atinó a tomarlo de la mano y arrastrarlo junto a él. Luego supo que era un ángel, antes de eso nunca había visto uno. Y quizás nunca más tendría uno tan cerca. Digo quizás, porque no los reconocemos hasta que es muy tarde, y hemos arrancado sus alas, o cegado sus ojos, y al seguir ellos en pie, buscando alzar el deseperado vuelo, o caminando a tientas entre calígenes, comprendes la grandeza de aquella criatura a la cual has condenado con tus propias manos. Y es que ellos son los que se dejan dañar, incapaces de negarse ante quienes aman, al no ser correspondidos siempre saldrán heridos. No son como los mortales simples y ordinarios, no son como tú o cómo él, su paciencia es infinita, y su bondad como un cáliz fecundo. Y su vientre un cálido nido. Y sus manos suave caricia. Y sus ojos luminosos atardeceres. Y su corazón, frágil como botón de rosa, se abre ante el calor del prematuro amor. Él bien sabía que había conocido un ángel. Pero él nunca sería como uno, menos luego de arrancar las alas de aquel que arrastró junto a él una mañana tardía, al atardecer de coral ya era tarde y el rostro del ángel estaba cubierto de lágrimas. Y dejando un pequeño rastro de lágrimas perladas, el ángel se alejó. Alguna vez lo vio, entre la gente y las calles llenas de soledad, él ángel nunca lo perdonaría, y él al ángel tampoco.
Él no era un ser inmortal, nunca podría quedarse por siempre junto a un ángel, por hermoso que este fuera. Mejor buscar una mujer de verdad, una que no perdonara cada error y cada mentira, una que no sonriera mientras se desangraba y culpaba de arrancar las alas de otro ángel, y con mirada exangüe y sonrisa fallida insistiera en que todo estaría bien...
Y todo estuvo bien para él. Quizás aquel ángel no tuvo la misma suerte, pero nadie se pregunta hoy por aquel que amó ayer.

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