Sin Nombre

Los milicos llegaron una noche dijo mi papá, abrieron un hoyo al final del cementerio, donde todavía no se poblaba, y lo taparon al tiro.
Mi mamá me mandaba a dejar flores al montón de tierra escarbada todos los domingos. Todos sabían que eran almas sin nombre, rostros borrados que una vez dejaron su hogar y familia y nunca más vieron la luz, pero sólo lo confirmaron hace un año una gente que vino de Santiago.
Se llevaron todo, hasta el último hueso que encontraron al fondo de esa fosa negra.
La gente de mi pueblo puso una placa en memoria de aquellos héroes sin nombre: Los que una vez respiraron lucha, hoy respiran libertad.

Comentarios

Alex Durán dijo…
esperemos que jamás sean olvidados.
Lia dijo…
Se olvidarán, siempre lo hacen. Mas serán una inspiradora anécdota, algo mejor de los que nos pasará a la mayoría.

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