Voz y poeta

No tenía su vuelo, pero hizo de aquella pluma caída la fuente de todas sus creaciones.
Nunca fue albatros, conformóse  con ver como los demás alzaban el vuelo, como otros surcaban el cielo. Él, en tierra firme se mantuvo, oyendo las olas y bebiendo la sal del viento.
Pero su vida fue más próspera que si alto su vuelo hubiese alzado. Su pluma recorrió lugares más lejanos que el horizonte, y su voz colmó más senos que playas. Su pluma se convirtió en el canto de muchos, y la tinta con que dibujó la vertiente de miles de descontentos.
Sin ser poeta se convirtió en la voz de un pueblo.

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