Él, era aquel tipo al cual ella nunca se habría detenido a observar.
Pero ahí están ahora, juntos y complacidos.
Extraños senderos nos presenta el destino. Sólo hay que caminar sin vacilar.

Comentarios

Anónimo dijo…
Aunque sea la cuerda floja final...

Entradas más populares de este blog

A veces creo...

Límites

¿Me escucha?