El fin del capítulo
Es el fin.
La última página de este largo capítulo. Se deshoja entre mis manos. Me envuelve su perfume, huele a tinta, a incienso, a canela.
Lo dejo sobre la mesa y recorro con mis dedos mustios sus bordes, sus límites. Observo con detención hasta donde he llegado. Me sorprende, el camino es más largo y más estrecho de lo que creí. ¿Por qué no caí al abismo, si sólo bastaba un paso en falso?
Me pregunto tantas cosas.
Tantas huellas. Tantos rostros. Tantas manos. Nunca estuve sola, recién caigo en razón.
Rostros amables, sonrisas vacuas, miradas soñadoras. Tantas personas cuya voz jamás podré olvidar.
Me observo en el espejo. Cómo he cambiado. Mi sonrisa, mi mirada, mi vientre. Me observo en el espejo, disto mucho de aquella que arribó hace un año a esta luminosa ciudad. Mis sueños, mis metas, mis emociones, mis sencaciones, tanto he cambiado, mas no la facilidad de mi risa ni la luz de mis ojos.
Soy otra, pero sigo siendo la misma.
Soy otra, y seguiré cambiando, seguiré creciendo. Sólo soy una niña asustada en una gran ciudad, que no llegó sola, y gracias a esos anónimos mantuvo la risa.
Muchas personas me llevaron de la mano, otros sostuvieron mi cabeza. Faltaría tinta para agradecer tanto cariño.
Conocí gente, gente buena, gente alegre, gente sensata, gente alocada, gente sabia, gente díficil, gente sombría, megalómanos, comunistas, religiosos, parafílicos, machistas, feministas, enfermizos, perseverantes, carismáticos, melancólicos, alcohólicos, la lista nunca habría de terminar y se me iría la vida mencionando cada una de sus características, en vez de recordar porqué los quiero a mi lado.
Extrañé gente. Seres amados y admirados con los que poco pude compartir, pero siempre los supe cercanos.
Besos, caricias, perfumes, disipados en muchos labios, muchos rostros, tanta piel.
Pasos cansados. Hojas vacías. Retratos deslavados. EL capítulo más largo y sinuoso hasta ahora.
Me pregunto tantas cosas.
Calles ardientes, noches en vela, manuales en letra pequeña y un argot desconocido. El capítulo más difícil de escribir.
Chocolate y cafeína, besos falsos, razones ilógicas, el capítulo más excitante de todos los escritos.
Conocimiento, ciencia, sabiduría, amistad,el capítulo del cual más he aprendido, y que me enseñó que aún me queda una vida por aprender.
Me pregunto tantas cosas. Pero sólo tengo una respuesta. Me pregunto cómo será este nuevo capítulo que recién comienza, y sé que será más sinuoso, más arduo, más excitante, y que me enseñará muchas cosas más.
Mientras tanto a disfrutar las dádivas que me ha dejado este capítulo que termina, a enterrar los cadáveres que aún me persiguen, y a guardar en mi interior el rostro de todos a quienes quiero.
"Yo nunca nunca me arrepentí de renegar de la Escuela de derecho..."
La última página de este largo capítulo. Se deshoja entre mis manos. Me envuelve su perfume, huele a tinta, a incienso, a canela.
Lo dejo sobre la mesa y recorro con mis dedos mustios sus bordes, sus límites. Observo con detención hasta donde he llegado. Me sorprende, el camino es más largo y más estrecho de lo que creí. ¿Por qué no caí al abismo, si sólo bastaba un paso en falso?
Me pregunto tantas cosas.
Tantas huellas. Tantos rostros. Tantas manos. Nunca estuve sola, recién caigo en razón.
Rostros amables, sonrisas vacuas, miradas soñadoras. Tantas personas cuya voz jamás podré olvidar.
Me observo en el espejo. Cómo he cambiado. Mi sonrisa, mi mirada, mi vientre. Me observo en el espejo, disto mucho de aquella que arribó hace un año a esta luminosa ciudad. Mis sueños, mis metas, mis emociones, mis sencaciones, tanto he cambiado, mas no la facilidad de mi risa ni la luz de mis ojos.
Soy otra, pero sigo siendo la misma.
Soy otra, y seguiré cambiando, seguiré creciendo. Sólo soy una niña asustada en una gran ciudad, que no llegó sola, y gracias a esos anónimos mantuvo la risa.
Muchas personas me llevaron de la mano, otros sostuvieron mi cabeza. Faltaría tinta para agradecer tanto cariño.
Conocí gente, gente buena, gente alegre, gente sensata, gente alocada, gente sabia, gente díficil, gente sombría, megalómanos, comunistas, religiosos, parafílicos, machistas, feministas, enfermizos, perseverantes, carismáticos, melancólicos, alcohólicos, la lista nunca habría de terminar y se me iría la vida mencionando cada una de sus características, en vez de recordar porqué los quiero a mi lado.
Extrañé gente. Seres amados y admirados con los que poco pude compartir, pero siempre los supe cercanos.
Besos, caricias, perfumes, disipados en muchos labios, muchos rostros, tanta piel.
Pasos cansados. Hojas vacías. Retratos deslavados. EL capítulo más largo y sinuoso hasta ahora.
Me pregunto tantas cosas.
Calles ardientes, noches en vela, manuales en letra pequeña y un argot desconocido. El capítulo más difícil de escribir.
Chocolate y cafeína, besos falsos, razones ilógicas, el capítulo más excitante de todos los escritos.
Conocimiento, ciencia, sabiduría, amistad,el capítulo del cual más he aprendido, y que me enseñó que aún me queda una vida por aprender.
Me pregunto tantas cosas. Pero sólo tengo una respuesta. Me pregunto cómo será este nuevo capítulo que recién comienza, y sé que será más sinuoso, más arduo, más excitante, y que me enseñará muchas cosas más.
Mientras tanto a disfrutar las dádivas que me ha dejado este capítulo que termina, a enterrar los cadáveres que aún me persiguen, y a guardar en mi interior el rostro de todos a quienes quiero.
"Yo nunca nunca me arrepentí de renegar de la Escuela de derecho..."
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