Luz de Luna

Y me quedé queriendo sola, susurró la Luna.

No te quejes, le reprendió la Estrella más cercana, querer siempre es un milagro. Siempre tendrás dos opciones, arriesgarte a ser dañado o dañar al otro por temor. Y si te quedas sola, en ti brillará una luz que iluminará tu camino aunque mantengas tus ojos cerrados.

Y ahí se quedó la Luna, queriendo sola.

Y ahí se quedó, iluminando su camino con lo que aún conserva del gran amor que una vez profesó, iluminando, también, los torcidos caminos de amantes consumidos por su delirio de amor y soledad infinita.




Érase una vez la luna...


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