La hora del té
Hay una hora de temer. La hora en que Cronos bebe su té.
Yo espero en silencio, cuento los segundos y espero. Cuento las campanadas y suspiro. Cuento las vibraciones y tiemblo.
El tiempo se acerca; con sus muchos nombres, con sus muchos rostros. Se acerca, flota sobre el agua.
Es la hora del té, y yo no estoy lista. Ya es hora y el agua aún no hierve, la porcelana aún no se seca, el mantel aún no se extiende.
Los bocadillos están servidos, horneados en la memoria de aquellos que pretenden olvidar.
El mantel debe ser inmaculado, como el corazón de un inocente.
El té debe tener tres se azúcar, como tres astros el cinturón de Orión.
Ya es la hora, y aún falta Tiempo…
Es la hora, pero no llega.
Yo siempre temo a la hora del té, pues si mi invitado no aparece siento que he perdido el Tiempo…
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