Temores

A mi hermano perdido...
Me aferro a tus brazos de tragacanto, mientras tú te pierdes en las sombras. Quiero apartarlas, y serenar las aguas de tus ojos, quiero llenar de dicha tu rostro, quiero refljarme en tu valle de ensueño.
Te esucho en silencio, como quien teme romper el sacro silencio. Suspiro despacio, como quien teme despertar al compañero.
Y temo por ti, por tus palabras, por tus acciones. Temo que esa sombra posada en tu amplia frente te consuma como la noche a los solitarios caminantes. Temo que esa sombra te hago suyo, y esa pena inmensa nos consuma en su tórrida pesadilla .
Temo que bajes la cabeza, y no quieras mirar más al cielo, y no quieras oírme, y no quieras besarme, y no quieras sentir más mi corazón cansado, y te quedes quieto, y te vuelvas calmo, y no haya placer capaz de complacerte.
Y la sombra te consume, como la noche al cuervo solitario. Y yo entre tus brazos, temo por los dos. Temo que esa pena te quite el aliento, te cierrre los ojos, te vacíe las venas... Y yo me quede asida a un frío recuerdo, de lo que fuiste antes de conocer aquella voraz pena.

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