Despertar

Caminaba por una tupida arboleda teñida de arrebol. Buscaba a alguien; y ese alguien me necesitaba con urgencia. Podía sentirlo, mi piel se erizaba.
Comencé una carrera desenfrenada, mis pies más ágiles que nunca. Oí un grito visceral, desesperado.
La tierra se desmoronaba bajo mis pies. Otro grito, e intenté acelerar mi carrera mientras la tierra se abría devorando mis huellas.
Todo se estremecía.
Otro grito aún más profundo.
la oscuridad se mezclaba con el atardecer, las imágenes superpuestas, la sensación de correr sin avanzar, todo se mezclaba, todo se confundía. Todo se estremecía. Mi madre gritaba sin control. ¿Era ella por quién corría? Una extraña fuerza me consumía. Mi primer impulso fue levantarme, pero la extraña fuerza me regreso a mi cama. Tomé el celular, y con mayor ímpetu que en el primer intento, logré llegar a mi puerta. El resplandor añil del celular me guiaba. Sin zapatos, el piso húmedo bajo mis pies, ¿dónde estaban las hojas secas por las cuales corría?
Me apegué a la muralla, atraída por un interminable vaivén.
Intenté concentrarme. ¿Qué sucede? ¿Por qué está oscuro? Algo frío cayó sobre mi rostro. Aún me parecía ver los álamos ondulantes. El piso húmedo, algo en frío en mi rostro. Vaivenes. ¿Llovía? ¿Es el viento el que no me deja estar en pie?
Abrí la puerta principal, y me aferré con fuerza. Me sujete al tronco de aquel árbol imaginario. ¿Qué sucede? Mi mamá gritaba, y corría.
Concéntrate. Piensa. Muévete. Mantente en pie. Haz algo, haz algo. ¿Qué sucede?
¿Llueve?¿Por qué corres mamá?
¿Por qué no dejo de moverme? ¿y los árboles? ¿dónde están? ¿qué sucede?
Tiembla, eso sucede. Tiembla, y tú pareces idiota parada en la puerta con los ojos fijos, fue la respuesta.




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