Mujer Desechable

Perdona si te hieren mis palabras, perdona si te hiere mi actitud. Puede que te parezca inesperada, pero este soy yo, y tú no me conoces nada.
No te negaré que llegué a quererte, a pesar de lo fugaz de lo nuestro. Ahora mismo desearía tenerte junto a mí, es algo inexplicable, no lo entiendo, es que la luz de tus ojos me atrapa y tu sonrisa... Para qué hablar de tu piel de azucena y tus senos andinos.
Desde que te vi, me pareciste hermosa, creo que te lo había menciona en alguna noche tiempo atrás, cuando te quedabas toda la noche despierta preguntado sobre mi vida. Pero aún así, no querías conocerme, no te esforzaste, yo quise abrirme para ti, pero tú no te interesabas. Tú misma dijiste, amar es conocer, y cómo podrías amarme si no luchabas por conocerme. Tú nunca me amaste, yo lo sé. Yo creí amarte. Perdona, perdona si te ilusioné, te juro por mi madre que no quise hacerte daño. Yo prometí no hacerte daño. Pero fallé, siempre falló. Soy un inútil, un ser pusilánime que no merece el amor de nadie. Nunca consigo lo que quiero, yo no quise herirte. Perdona.
Y no llores, por favor, no intentes manipularme. Sabes que no puedo estar contigo, yo la quiero a ella. Ella es todo para mí. Nunca pude sacarla de mi cabeza. Pero creí que te quería, te juro que creí. Yo pensé que podríamos ser felices como tu decías... Pero mi felicidad está con ella, y la tuya, está con otro.
Eres hermosa, y lo sabes, mira como brillan las estrellas en tu rostro. Yo no te merezco.
Perdona si te duelen mis palabras. No hay otra forma de terminar con esto. Tú no me quisiste, lo sé, así que no debería dolerte. Pero sé que irás contando a todos esto. Quédate con mis amigos, puedo hacer otros. No quiero nada de ti. Aunque sé que nunca saldrás de mi corazón, siempre estarás ahí, escociendo como una herida. Nunca olvidaré este tiempo juntos, las risas, los llantos, las noches en vela, y los susurros a medianoche. Y te doy gracias, por todo lo que me has dado, y perdona por no retribuirlo. Esto fue sólo una aventura, algo fugaz y etéreo como la noche, perdona por no cuidarte. Pero uno sólo cuida lo que ama, y a ti no te amé nunca. O quizás sí, un segundo, un breve instante mientras hacíamos el amor en penumbras. No te cuidé, porque en verdad no te amaba, eras algo de paso, un envoltorio desechable. Yo te quise, pero no para siempre.
Perdona si parezco duro. Pero no te quiero hacer más daño. Yo nunca quise hacerlo.
Eres hermosa. Pero la quiero a ella. La amo, sabes, la amo más que a mi propia vida, y ella ahora me detesta. Ella me entiende, es la única que me entiende.
Ella tiene muchas cosas buenas, sabes, pero tú tienes más.

Entradas más populares de este blog

Yo no vivo, sólo existo

Mentira