Miedo
No es que quiera alardear, pero él y yo tenemos algo que lleva su tiempo; y es que la vida me enseñó que sin él yo no vivo. Y él me enseñó cómo vivir la vida. No podría huir lejos, aunque lo intentara. Él anda más rápido, y tiene más amigos. Yo, yo solo soy una triste reprimida, igual al resto, una perdida más. Sin duda el error fue no haberlo dejado ante la primera bofetada; sin ayuda y sin amigos, poco puedes hacer, además de aferrarte a lo que tienes, cerrar los ojos y prometerte que todo estará bien. Sin olvidar que siempre debes creerle todo. Y así fue cono él y yo, nos volvimos uno. Nunca imaginé que lo diría al mundo; pero él y yo, somo el uno para el otro. O al menos yo, ya me acostumbré a ser para él.