¿Me escucha?


¿Hace cuanto que no te detienes a oír sus latidos?

Su pregunta me sorprendió. No lo he pensado, pensé. ¿Por qué la pregunta?, pregunté.
Es que algunos olvidan escucharlo, usted, ¿lo escucha joven?

No. Yo soy de aquellos que han olvidado oír su corazón, el ruido de a ciudad puede más, el ruido de mi conciencia inquieta, el ruido de mis ideas estrujadas. He perdido el silencio interno, he perdido la paz de mi alma. La vida es corta, es parte de mi filosofía. La vida es corta y el mundo no se detiene por nosotros; sin piedad, sin detenciones.Todo fluye como un río sin estación estival. Todo gira como la Tierra sobre su eje. Todos avanzamos sin pensar en el otro. Todos nos centramos en nuestras propias quejas. ¿Por qué habría de detenerme yo? ¿Por qué tendría que pensar en los otros? ¿Por qué tendría que oír a otros?
Sin darme cuenta he caído en la vorágine de la rutina, aquella que consume hasta lo más sublime de nuestras vidas, aquella que disipa la luz de nuestras mentes, aquella que nos ciega, nos envuelve, y nos ensordece . Sin darme cuenta he extraviado lo más preciado para un hombre: la capacidad de oírse a sí mismo.







Comentarios

Unknown dijo…
lo más preciado para un hombre: la capacidad de oírse a sí mismo

me gusto mucho esa frase la encontré profunda

muy buena

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