Ella

Ella había encontrado un muerto en medio de su cabeza

Siempre sintió que medio vivía, o quizás estaba siempre a un paso de morir.
Dicen que nació media muerta. Pero yo nunca pude encontrarla ni a la mitad de la vida.
Dicen otros que su vida se fue con el sol de la primera mañana, y que extravió el resto a la mitad del camino.
Siempre le dijeron deja eso, yo también lo hice, eso que te está matando. Ella siempre contestaba que de dejar eso, eso que la estaba matando, moriría antes.
Ella me enseñó muchas cosas, a nunca vaciar por completo la copa, a no vivir de lo que hay si no de aquello que queremos tener, a no temer el nuevo día.
Yo que tomé su mano en el último día, y oré por su alma al enfrentar el juicio final, sé a ciencia cierta que no hubo arte más bello en su corta vida, que aquella de lograr enfrentar cada mañana con el alma ya apagada y los ojos llorosos. Vivir a medio morir, fue una de sus más loables hazañas; pero la más grande de todas fue amar como si la vida se naciera en su abrazo.

Yo digo hoy que no supe vivir, y ahora que cae el telón suplico un último día para entregar aquello que siempre guardé por temor.

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