Jardín versado



Madre selva perfumada,
margarita blanca piel,
mejillas amapoladas,
y tus tristes labios de clavel.

Ojos negros de Susana,
rostro grácil de magnolia,
como candorosa porcelana
y apasionada begonia.

Con tu risa de petunia
en mis lilas floreciste
y con tus lágrimas de fucsia
mis ilusiones reviviste.

No te quiero siempre viva,
ni perfumada azul violeta.
Corona de azahares la vida,
y que el jazmín te abra sus puertas.

Eres frágil clavelina,
y suspiro yo por ti,
con tus manos de alhelí
yo te quiero buganvilia.




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Yo no vivo, sólo existo

Espera Matutina