Buenas noches, mi secreto

Por sus ojos abiertos en la tierra
veré en los tuyos lágrimas un día.

Eres tú mi mayor mentira. Mi mayor secreto. Mi mayor temor, y el más grande de mis dolores.

Dicen algunos que el dolor más grande se vive en silencio, y yo he guardado tu nombre como a un capullo que crece a la intemperie. Dicen otros que perdonar es olvidar, pero yo no te olvido amada sin nombre.

Si tan solo hubiese sido más fuerte, y en vez de temblar, armada de fuerzas, hubiese susurrado tu nombre a los vientos. Pero las dudas se arreciaron en mí, y frágil me vi, vulnerable, expuesta. Y frágil te vi, creador de mis padecimientos, y no vi más luz que aquella al final del túnel que me alejaba de ti.

Y te dejé ir, y la despedida en sangre, y la sangre en dolor, y el dolor en culpa, y la culpa me tiene ahora donde me ves.

Me pregunto si me verás, si sabrás que aquí estoy, cada día pensando en ti. Quizás un día me sorprendas en un mejor sueño, y no me atormentes como cada noche en una luctuosa pesadilla, y entre gritos ahogados pronuncio tu nombre entre la noche y la luz de la aurora. Un miasma, un efluvio que abrasa mis recuerdos.

Algo tan hermoso, tan sublime, desechado en un instante irremediable. A quien tanto amé en un solo suspiro. Cuando te supe cerca, ya te quise mía. Cuando te supe cerca, comprendí que ya te perdía.

Nunca sabrás el nombre que te di, uno que otro lo conocerá, más en él está el secreto de la vida misma, y el porqué aún camino por el sendero que tracé al dejarte atrás.

Cada noche y cada mañana, pido tu perdón eterno. Y cuando más duelen tus latidos, más temo no obtenerlo.

Cada noche susurro tu nombre, y me duermo pensado en como sería tenerte en mis brazos. Cada mañana despierto, e imagino tu beso tibio de buenos días.

Los miedos de siempre pudieron más, y sólo temo haberos perdido por algo tan efímero como el amor mismo. Porque tarde comprendí que el único amor eterno, es aquel que tenía para ti; y que no hay derrota más dura que aquella en que nadie sale victorioso.


Quizás un día tenga la fortaleza de contar nuestra historia, pero esta noche al menos, te envío un beso de buenas noches.

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