Soliloquio nocturno

El karma y la puta que te parió... Fue lo primero que pensé cuando recuperé la conciencia aquella mañana. Eso tenía que ser, todo se paga en esta vida, algunas veces de las formas más insospechadas, otras con el mismo juego cruel y sangriento que uno se entretuvo antes.
¿No crees?
Lo que hice contigo, ahora lo hacen conmigo, aunque de una forma más sutil, y más informada.
Me explican aquello que no harán, yo fui más cobarde salí corriendo, y dejé la puerta abierta. Y ahí sigues tú, llueva o azote el viento, sigues ahí, para mí, y no entiendo porqué si ya bastante te hice sufrir, te ilusioné nos ilusionamos, pero no maldito miedo maldito temor de perderte, yo que te amaba tanto y sólo quería lo mejor para ti terminé por enredarme con un hijo de puta y su mundo de mentiras con el que aún me persigue de vez en cuando.
En vez de quedarme refugiada al calor de tu pecho preferí jugar a la niña fuerte y dejarte atrás, yo quien tanto te quería no fui capaz de darte un explicación, una maldita excusa algo que te detuviera que te alejara en vez de quedarte ahí frente a mí con esos ojos negros y soñadores que tanto adoro.
El otro día dijiste que no te dejaba en paz, pero eso fue lo primero que busqué hacer cuando me di cuenta de lo mucho que te quería, conozco a una niña buena me dijiste pero todavía pienso en ti, yo conocí un ser despreciable conociéndote a ti un niño bueno, pero seguí mefítico perfume del azufre y mira donde nos volvemos a hallar.
¿Acaso no has cambiado? Te veo igual, la misma sonrisa... seré yo la que cambia con la luna, y cada día al despertar es alguien distinto, otros miedos, otros sueños, otros rencores, la vida es demasiado corta como para quedarte siempre tal cual, si hasta los árboles cambian sus hojas a pesar de que siempre ocuparán el mismo lugar. Somos la reina, no el peón, avanzamos hacia donde queremos, cuanto queremos, no hacia adelante taciturnos como tú estás ahora. Dime ¿eres el mismo? tú sabes que he cambiado y que seguiré cambiando, porque debo o porque quiero, pero tú dices quererme así.
Ya no te quiero, es cierto, pero tal vez te quiero decía Neruda, viejo bastardo hombre tenía que ser, aunque a veces se cansara de serlo. Siempre he sentido que él me observa de cerca, como si esperase que me tropezara con alguno de sus sonetos y lo sintiera mío.
Cómo si importara lo que siento, lo que sentimos, cada uno ve que le conviene, ¿es eso cierto? pero no me lo quieren reconocer como yo nunca te confesé que en verdad te quería, si no me crees fíjate, las cosas cambiaron muy rápidas por esos días, más rápido de lo que yo podía seguir, y ya va casi un año... y sigues ahí.
¿Cuál es el secreto para esa paciencia infinita? Tú o yo, si tú, yo nada tengo si algo tuviera no estaría divagando tanto mientras te observo dormir. Pequeño ingenuo, vienes cada vez que te llamo y yo corro cada vez que me llaman, en algo nos parecemos quizás nuestras estrellas se cruzaron, un poco desfasadas quizás, dime el día que te canses, para saber cuanto resiste el corazón.
Y te hablo, como si me oyeras, quizás sueñas en estos momentos con todo esto que te digo, pero mañana estarás convencido de que sólo ha sido un sueño. Sí, eso ha sido siempre un sueño, un mal sueño y abriré los ojos y estarás a mi lado, te dejaré afuera de la estación de metro y en vez de que me preguntes 'que clase de amigo es ese' me digas 'nos vemos mañana' y te despida con un beso. O me de cuenta que todo es rollo mío, mi imaginación va más rápido que yo muchas veces, pero si fuera esta mi imaginación no estarías tú aquí, y yo diciendo todo lo que pasa por mi cabeza.
Es un monólogo interior exteriorizado, que paradoja no, tal como lo que estoy viviendo ahora. Pero al menos la primera la entiendo, la extraña fuerza que opera en mi vida no, nunca entenderé no entendí porque salí huyendo, además claro de la manoseada excusa de que no te quería perder, pero todos sabemos que eso es una suma de egoísmo y cobardía aderezado con la inseguridad y el amor propio.
Cuidado, no te destapes hace frío. Otrora fue una época más fría e inestable al menos ahora sé lo que quiero, o creo saberlo quiero a alguien que no me quiere mientras lucho por no querer y hacer que dejes de quererme.
Ya amanece, mejor me duermo siempre notas que no descanso cuando no lo hago, me conoces tanto, y por eso te quiero y algún día te haré saber todo lo que pienso que créeme es mucho, pero otro día, por mientras duerme o sigue haciendo como que duermes.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Yo no vivo, sólo existo

Espera Matutina