Delirio matutino
Susurro bajo el viento. La noche más limpia del año, y las hojas tiritan de frío.
Si sólo pudiera danzarle a la luna. Si sólo pudiera acunar en mis brazos el sueño más eterno. Lenguas de fuego azul se alzan sobre mi frente, y no hayo más compañía que el efluvio que riega mi boca. Labios resecos, espíritus blanqueados, demonios azules.
Estertor de media noche. Suspiro. Río. Corro. Explosiono. Entrópicas ideas colman la vorágine de mis sentidos. Observo mis dedos elevarse como vahos rosaceos, son los dedos de Aurora que extiende sus brazos abriendo paso a nuevo día.
Besos anisados, y el cuello transparente por el que resbalan mis labios.
La noche se retira y yo con ella. Un mal día se viene encima. La luz pesa sobre mi cama.
Cierrro los ojos. Es sólo un día, uno de aquellos malos, pero sólo un día.
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